I.E.D.
CEIS SOPO IV PERIODO PENSAMIENTO ETICO CIUDADANO DOCENTE: OSCAR ARIZA
GUÍA 4 TEMA: Religión
y política en Colombia
ESCENARIO DE APRENDIZAJE
Aunque yo estoy
convencido que el sacerdote, el pastor, el predicador, jamás deben involucrarse
en acción política partidista, sí creo que los miembros laicos de nuestras
iglesias deben tratar de ser muy activos en política, por ejemplo, en Colombia.
Repito: no para hacer proselitismo evangelizador porque ese no es el terreno
adecuado, pero sí para tratar de impregnar con los valores espirituales y
humanistas propios del cristianismo una actividad que toca a toda la sociedad.
Porque, además, ¿dónde está escrito que las dumas políticas están reservadas
para abogados, economistas, representantes de gremios, partidos políticos,
movimientos esotéricos? Son asambleas para dar representatividad a quienes
componen una sociedad concreta. Y no vengan ahora a decir que la nuestra no es
una sociedad eminentemente religiosa y de corte cristiano.
http://elnuevosiglo.com.co/articulos/02-2018-la-religion-en-la-politica
Habilidad
a desarrollar:
Analizó la religión y política
como ámbitos no separados sino integrados en la reconstrucción del país, a la
luz de ciertos momentos en que ambas se han impregnado tal como hoy en la
configuración de un tipo de ciudadano no aislado de las ideas religiosas o de
la fe.
Conocimientos:
Poligión,
libertad de culto, estado Confesional, Teología de la liberación, totalitarismo,
clientelismo político, teocracia.
Recursos
para el desarrollo del tema:
ETAPAS DE APRENDIZAJE
Punto
de partida:
Un primer momento para
reflexionar sobre la política y religión en Colombia.
1. Leer
el siguiente texto:
Religión y
política en Colombia
Lo que nos faltaba: estamos como estamos y se nos vino encima la mezcla explosiva de
política y religión. Lo que un amigo mío llama la “poligión”. Esa
es la tapa que le faltaba al frasco.
Los partidos y candidatos están organizando
estrategias para aprovecharse de la religiosidad de la gente. Saben bien
que, al contrario de los católicos, los
seguidores de iglesias protestantes son muy disciplinados y obedecen las
órdenes de sus pastores.
Parece que las elecciones parlamentarias y
presidenciales del año entrante hicieran milagros, si es que me perdonan
ustedes una expresión tan obvia tratándose de este tema. Los ejemplos abundan,
pero ninguno es mejor que este: cómo será el tamaño que está cogiendo esa bola
de nieve, que un ferviente católico de tuerca y tornillo, el antiguo
procurador Alejandro Ordóñez, al que sus adversarios tanto le
embroman la vida llamándolo beato y camandulero, acaba de escoger, como su
compañero para vicepresidente, a un pastor evangélico de Barranquilla.
Iglesias de garaje
El fenómeno se desató tras la nueva Constitución
Nacional de 1991, que consagró la libertad de cultos. Las estadísticas más
confiables sostienen que, en promedio, en
los últimos diez años se ha abierto un nuevo templo cada diez días. La
gente les dice “iglesias de garaje”.
Catorce sacerdotes
católicos cayeron también en esa tentación, siendo elegidos gobernadores o
alcaldes desde el 91. Con el correr del tiempo aparecieron los primeros pastores
convertidos en congresistas, diputados o concejales. Pero fue el plebiscito del
año pasado lo que provocó el verdadero estallido de la ‘poligión’. Las iglesias protestantes fueron
decisivas en la victoria del ‘No’. Cómo sería que ni el papa
Francisco se salvó de esos arrebatos de fanatismo y lo acusaron de promover el
‘Sí’ y de intervenir en los asuntos internos de Colombia.
Desde ese momento los pastores protestantes se
volvieron manjar apetecido para los partidos de todas las tendencias. Son los
primeros invitados a marchas y desfiles. Comenzaron a lloverles sonrisas,
coqueteos y propuestas. Los buscan para hacer alianzas. No se equivoquen: la
religión será un factor determinante en las dos elecciones del 2018.
¿Eso es bueno o malo? ¿Provoca más iracundia de la
que ya tenemos, más polarización y conflictos, o ayuda a serenar los ánimos?
Como el asunto empezó a inquietarme, salí a buscar opiniones, reflexiones,
gente que sea capaz de analizar con serenidad y ponderación, que aporte ideas.
Política con mayúscula
El padre Francisco de Roux, sacerdote jesuita, filósofo y
experto en asuntos económicos, es uno de los colombianos que más inspira
respeto y admiración en temas como la paz, los problemas campesinos y la ética
de la sociedad.
–La participación de los cristianos en la Política,
con mayúscula –me dice el padre–, es
una forma de atender el llamado de Jesús a participar en la construcción del
bien común, de una sociedad que sea compatible con el evangelio y a
comprometerse con los demás ciudadanos, sean cristianos o no. El papa Francisco
es un buen ejemplo.
Pero otra cosa, agrega De Roux, es que las iglesias
se conviertan en movimientos electorales, “de política (con minúscula), porque
entonces la paz, la verdad, la justicia, ya no son causas gratuitas para
sembrar valores en toda la sociedad, sino que se vuelven eslóganes para
conseguir votos”.
El sacerdote se queda pensativo un instante. Luego
agrega:
–Cuando
el cristianismo se politiza nada es gratuito, porque en política nada hay
gratis: todo lo que usted gana lo pierdo yo, y por eso yo no puedo
dejarle ganar nada.
Violencia y religión
Le comento al padre De Roux que me está dando
vueltas en la cabeza la inquietud de que volvamos a aquellos años en que el
revoltillo de política y religión, la primera ‘poligión’, fue uno de los
factores que desató la violencia en Colombia.
–Esa violencia –me responde el sacerdote, con una
admirable sinceridad– fue
alimentada por la ideología que se llamó Nueva Cristiandad, cuando la Iglesia
se unió al partido conservador para tener el poder público. El
arzobispo de Bogotá decidía por quién votaban los católicos. Jesús nunca buscó
ser un líder político ni buscó el poder.
Es evidente que esa situación ha cambiado, prosigue
el padre: “Hoy, la Iglesia católica, bien entendida, forma cristianamente a
buenos ciudadanos para que participen en la construcción del bien común
escogiendo, según su propio criterio y según los valores del evangelio, entre
diversas alternativas políticas”.
¿Políticos o cristianos?
En este momento pienso que es conveniente oír a los
voceros de otras religiones y acudo al pastor Darío Silva, fundador y
presidente de la iglesia Casa sobre la Roca, que cumple ya treinta años.
Con su reconocida agudeza empieza por decirme que “hay muchos cristianos que se
descristianizan al politizarse, y muy pocos políticos que se cristianizan
cuando dicen cristianizarse, que es, generalmente, en vísperas de elecciones”.
Silva añade que “Colombia fue un Estado confesional: católicos conservadores
contra protestantes liberales. Luego vinieron los curas comunistas, con la
Teología de la Liberación, y mezclaron un coctel de vodka con agua bendita”.
La senadora Viviane Morales, que fue fiscal general y es una reconocida
dirigente de los evangélicos, y precandidata a la Presidencia, afirma que el cambio fundamental “se dio a partir
del 2016, cuando se recogieron 2,3 millones de firmas para que las adopciones
las hagan solamente padres de diferentes sexos. Se produjeron, también,
las enormes marchas del 2 de agosto contra la cartilla aquella del Ministerio
de Educación”. Luego vino el plebiscito de octubre y la participación masiva de
los protestantes, que fue fundamental en el resultado.
Un asunto de este mundo
La senadora Morales cree que los principales
artífices de ese cambio “fueron los nuevos pastores, que asumieron el liderazgo
de hablarles a sus comunidades de las causas políticas, en el mejor sentido de
la palabra, y no como un indigno asunto ‘de este mundo’, que era lo que se
decía antes. Eso demostró que no hay contradicción entre ser cristiano y ser
ciudadano”.
Darío Silva, por su parte, dice que “si un pastor quiere bajarse del púlpito
a la curul, está en libertad de hacerlo, siempre y cuando no mezcle los dos
muebles”.
–Convertir la religión en un partido político no es compatible con el cristianismo –sostiene, de modo categórico, el padre Francisco de Roux–. Por definición, un partido divide a la gente. El cristianismo, en cambio, es un mensaje de amor y misericordia para todas las personas, incluso si son ateos.
–Convertir la religión en un partido político no es compatible con el cristianismo –sostiene, de modo categórico, el padre Francisco de Roux–. Por definición, un partido divide a la gente. El cristianismo, en cambio, es un mensaje de amor y misericordia para todas las personas, incluso si son ateos.
Entonces, le pregunto al padre, ¿qué es lo que
buscan los pastores cristianos cuando se vuelven dirigentes políticos?
–Buscan
el poder– me responde sin titubeos–. Y, con el poder, el dinero y el prestigio.
Buscan aprovecharse de la sensibilidad religiosa de la gente para conseguir
votos, lo cual cae en la manipulación de lo más sagrado que tiene todo
ser humano: su conciencia. La religión, convertida en partido político, es
funesta.
‘Eso es totalitarismo’
Un teólogo católico, que me pide mantener su nombre
en el anonimato, sostiene que “esta
proliferación de iglesias y pastores se produjo en Colombia durante el gobierno
de Ernesto
Samper, luego de que el cardenal
(Pedro) Rubiano lanzara su célebre expresión sobre el elefante
presidencial. Entonces se abrió el camino para el reconocimiento de miles de
iglesias con ‘pastores chiquitos’ que manipulan barrios, organizaciones
cívicas, clubes”.
Llegados a este punto, Darío Silva sostiene que “lo que es incompatible con el
cristianismo es el totalitarismo. Como dijo Calvino, ‘si somos iguales ante
Dios, somos iguales ante el Estado’. Jesucristo extiende una mano hacia
la extrema derecha y la otra hacia la extrema izquierda”. ¿En la situación
política que vive Colombia se están mezclando la religión y la política? Suelto
esa pregunta porque cada día es más evidente lo que está pasando.
–Están pretendiendo crear esa confusión –dice Viviane Morales–. Pero los ciudadanos creyentes, en ejercicio de sus derechos de libertad de conciencia, religiosa y política, tienen también el derecho legítimo de reivindicar su visión de la sociedad con argumentos racionales, públicos y democráticos.
–Están pretendiendo crear esa confusión –dice Viviane Morales–. Pero los ciudadanos creyentes, en ejercicio de sus derechos de libertad de conciencia, religiosa y política, tienen también el derecho legítimo de reivindicar su visión de la sociedad con argumentos racionales, públicos y democráticos.
Epílogo
Antes de levantarse de la mesa imaginaria en que
hemos estado conversando, el pastor Darío Silva pide la palabra y dice:
–Mi
lema es: cristianizar la política sin politizar el cristianismo.
Entonces les pregunto qué opinan sobre los partidos
y movimientos que coquetean con las iglesias tratando de seducirlas.
–Son líderes políticos astutos –exclama el padre De
Roux– que intentan manipular las iglesias desde fuera para hacer más eficientes
sus partidos, que hoy en día son simples máquinas que producen votos, y donde
la ética importa poco.
(Se calcula que, en este momento, hay en Colombia unos diez millones de fieles protestantes, de los cuales suele votar el 55 por ciento).
(Se calcula que, en este momento, hay en Colombia unos diez millones de fieles protestantes, de los cuales suele votar el 55 por ciento).
¿Cuál es, en resumidas cuentas, la gran diferencia
entre política y religión? Me parece que es esta: las religiones convocan a la
unidad mientras la política provoca divisiones.
Ahora veo que me faltaron las opiniones de los ateos, que también son ciudadanos. Espero que haya una nueva oportunidad antes de las elecciones.
Ahora veo que me faltaron las opiniones de los ateos, que también son ciudadanos. Espero que haya una nueva oportunidad antes de las elecciones.
http://www.eltiempo.com/politica/partidos-politicos/juan-gossain-habla-sobre-la-religion-en-la-politica-y-la-politica-en-la-religion-116466
Meta personal (lo
que esperas lograr):
|
|||
Proyección de
entrega por etapa (Cuántas horas te vas a demorar):________
|
|||
Punto de Partida
_________
|
Investigación
_________
|
Desarrollo de la
habilidad
________________
|
Relación
________
|
Proyección de
entrega del tema (en horas):__________________
Fecha proyectada de
entrega: ___________________
|
2. Desarrollar el siguiente
cuestionario:
a.
¿Por qué los
protestantes se volvieron importantes para la política?
b.
¿Qué es la
participación de os cristianos en la política según Francisco de Roux?
c.
¿Cuál fue la primera
poligión?
d.
¿Qué planteamientos
dan Darío Silva y Viviane Morales?
e.
¿Qué diferencia la
religión de la política?
3.
¿Qué mensaje nos aportan la caricatura?, ¿Qué relación hay entre religión
y política?, ¿Qué elementos erróneos hay en la interpretación?
Investigación
En esta etapa analizaras la
situación actual de la política y religiosidad a nivel nacional con sus
repercusiones sociales, políticas, económicas y personales.
1. Antes:
Realiza la lectura formulando 5
preguntas y sus respuestas del texto siguiente.

Religión y política, una
mezcla peligrosa
La alianza entre la
religión, la tecnología y las visiones retrógradas de algunos grupos llamados
cristianos o evangélicos puede ser la tónica de nuestras próximas elecciones,
de la misma forma que han gravitado en las elecciones anteriores y tras
anteriores, llevando a las curules de la Asamblea Legislativa a personas tan
impresentables como diputados generadores de escándalos sexuales o, en la
actual legislación, algunos de ignorancia y fanatismo aberrantes.
La visión moral de la política de estos grupos, intolerante, agresiva,
dominante y salvacionista del fundamentalismo religioso cristiano, rompe los
límites de la creencia religiosa privada y la traslada a la política, y su
fusión con la creciente instrumentalización de los medios de comunicación
constituye la esencia de la actual guerra en contra del reconocimiento de
ciertos derechos humanos en nuestro país.
Hay que reconocer que estas iglesias poseen un gran poder de
movilización de los sectores populares y menos escolarizados, precisamente
aquellos que tienen poca participación en movimientos sociales o partidos
políticos, y que por esta razón son más susceptibles a la influencia en la
definición del voto. Hoy en día, varias iglesias de las llamadas cristianas o
evangélicas alientan la participación política de sus fieles, el debate
político en los templos y lanzan candidatos para ocupar puestos en el
Legislativo. Los analistas políticos están conscientes de esta situación y que
de forma intencional o no, utilizan ciertos pastores o líderes de
congregaciones evangélicas cristianas la religión para ganar cercanía con las
personas a las que quieren hacer llegar sus mensajes o pedir sus votos.
La estrategia pareciera, hasta el momento, haber rendido los frutos
esperados. Pero ya es harto conocido que desde pastores que se lanzaron a la
política hasta personajes que afirmaban haber recibido un llamado divino para
participar en política, todos han fallado en su intento de conectarse con el
verdadero interés nacional, y hasta ahora parecen sentir más atracción por las
prebendas del clientelismo político. Sin embargo, algunos no abandonan la idea
y continúan intentando construir imágenes y mensajes que evocan las creencias
religiosas de las personas de estas agrupaciones. Y un ejemplo de ello han sido
los últimos exabruptos de dos de estos pastores-diputados, con relación al
Instituto Nacional de las Mujeres, y con las barbaridades de equiparar el
cambio climático con los cuatro jinetes del apocalipsis, en el sentido más
bíblico, fruto de una mezcla absurda de ignorancia y fanatismo religioso.
La mezcla de la religión y la política ha sido históricamente “muy
peligroso”. Se vio en la Edad Media, con ejemplos como las cruzadas, y la
historia se repite en la actualidad, como ejemplos como los de Israel y
Palestina o el Estado Islámico (ISIS).
Debe recordarse que, desde el principio de la historia, la religión ha
estado relacionada de manera directa con la política. Los reyes estaban siempre
relacionados con los sacerdotes, y en muchas ocasiones eran lo mismo, para dar
origen a las llamadas teocracias. Luego se pasó a una separación a veces
simbólica entre la autoridad mundana —los soberanos— y la espiritual. Los altos
jefes religiosos eran los encargados de darle legitimidad al mando político, y
ello explica las coronaciones encargadas a los obispos. En esa etapa histórica
nunca hubo una posición contraria entre el Estado y la religión. Con el paso de
los siglos se llegó a la secularización estatal, existente en la actualidad
como un resultado de las conquistas emanadas de la Revolución Francesa.
Es importante explicar por qué es mala esta mezcla. Hay muchas razones,
pero la principal se refiere a la ética, cuyo camino en la religión es muy
angosto, precisamente para así ser difícil de cumplir, mientras en la política
es ancho y por ello algunas acciones políticas son correctas sólo porque
permanecen dentro de la política. Desde la perspectiva de la política, es
irrelevante la afiliación religiosa de quienes pueden ser simpatizantes, o ya
lo son. Los peligros de la mezcla de religión y política tienen su más claro ejemplo
en el actual mundo musulmán, porque los crímenes de todo tipo son justificados
como una acción válida religiosa.
La mayoría de las civilizaciones nacieron y se desarrollaron en torno a
un mito fundacional que servía para organizar las vidas de sus miembros al
tiempo que aislaba el hecho político, dejándolo en un segundo plano siempre
tutelado por la divinidad. No parecía posible perturbar el orden de dichos
designios hasta que en la Europa del siglo XVI se abrió la grieta por la que se
filtraría la separación de política y religión a la que obedecen nuestras
democracias y que posibilitaron la convivencia de acuerdo a leyes creadas por
los hombres en lugar de las leyes de algún dios.
Mark Lilla, siguiendo la estirpe intelectual de antiguos filósofos, nos ayuda
a comprender la magnitud de este desafío y el precario equilibrio que lo
sostiene, pues el impulso de volver a unir lo que una vez separó el hombre
reaparece con frecuencia en la historia del pensamiento europeo y muy
especialmente en los inicios del siglo XX en donde el intento de conciliar la
política con la religión derivó en peligrosos mesianismos de mortíferas
consecuencias. Polemizando además nos previene sobre la necesidad de
protegernos de las invasiones religiosas que pretenden acabar con el legado de
la Ilustración que encontró el camino para liberar la política de la autoridad
de los que se autodenominan como los representantes de Dios. Una exitosa, pero
frágil construcción que es necesario conservar.
No cabe duda que en el mundo de la política y en el mundo del poder en
general abundan los casos de personas que sostienen firmes convicciones
religiosas. Lógicamente también en el “pueblo llano”, aunque aquí las
consecuencias no suelen ser “sufridas” por el resto de la humanidad y todo
queda en un ámbito privado. El problema está cuando un místico, alguien que
cree comunicarse con su Dios accede a puestos de relevancia, porque (salvo
contadas excepciones), ¿cuál es la interpretación que suele hacer el creyente
de que él haya llegado y ocupe un puesto de poder, un puesto en el que tiene
poder para decidir sobre la vida de los demás? Su interpretación es que él es
un elegido por su Dios. Y las consecuencias son las de creerse autorizado para
decidir sobre los destinos de toda una sociedad.
http://alessandrocaviglia.blogspot.com/2014/06/estado-y-religion-union-civil-y-bagua.html
Esto que puede parecer algo anecdótico es algo sumamente relevante. Sin
ir más lejos el hecho de que el pueblo judío se crea el pueblo elegido ha
tenido, tiene y tendrá consecuencias trascendentales no solo para ellos, sino
para el resto de la humanidad. Y lo mismo ocurre con EE.UU, país cuya creencia
generalizada es también la misma, ser el país elegido por Dios.
Hemos alcanzado a discernir que el estado laico, regido por leyes
elaboradas por los hombres, debe andar por un camino diferente al que transitan
las religiones y las iglesias y a comprender que ello no supone, como llegó a
decir la iglesia católica durante muchos años, que aceptar el nuevo orden de
cosas significaba abjurar de la religión. Mientras la política es asunto
público la religión es del fuero privado. Suena fácil, pero, no hay plenitud en
esa separación. En muchos campos, temas y vivencias se cruzan ambas
experiencias y producen choque de intereses y creencias. ¿Hasta dónde llega la
una y hasta dónde la otra? (*) Alfonso J. Palacios Echeverría
https://www.elpais.cr/2016/08/19/religion-y-politica-una-mezcla-peligrosa/
2.
Durante: Selecciona palabras claves para construir una frase
con coherencia y lógica.
3.
Después: Socializa con tres compañeros más las frases hechas
por cada uno, y relacionarla con las 2 imagenes de arriba donde está Alejandro
Ordoñez y Moisés con sus tablas. De cada palabra escogida extraer el mayor
número de nuevas palabras. Ejemplo: de la palabra triunfadora podemos tener las
siguientes: dora, furia, fundo, rifa, nado, tía, rio, dona y tuno.
4.
Crear un organizador gráfico con las ideas principales de
las lecturas anteriores en hoja tamaño carta.
Desarrollo
de la habilidad
En esta etapa pondrás en práctica lo que has
aprendido hasta el momento, concretarás la construcción de saberes y camino al
desarrollo de habilidades relacionadas con el temario expuesto.
1.
Diseñar una metáfora visual en un octavo de cartulina y
sustentarla.
2.
Construir
un crucigrama completando 8 palabras tanto verticales como horizontales, cuatro
de cada una. Incluir las afirmaciones con su correspondiente numeración.
Relación
En esta etapa aplicarás tus nuevos
aprendizajes a tu realidad, harás ejercicios que traigan FRE a tu colegio y a
tu vida. Por otro lado, evaluarás tu proceso durante las etapas anteriores y tu
disposición de trabajo en general.
1.
Crear un slogan con un logo acerca de lo
religioso y lo político en nuestras vidas. Sustentarla.
2.
¿Qué
mensaje nos aportan los dos videos, y que relación encuentras entre ellos?
Sustentar con coherencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario