lunes, 25 de marzo de 2019

PENSAMIENTO SOCIAL GRADO UNDECIMO Guía 2 ¿Qué consecuencias generan el capitalismo en la parte ambiental y humana, afectando a los seres vivos y la población humana degradando el planeta Tierra?


ESCENARIO DE APRENDIZAJE
La Tierra está seriamente dañada. Durante décadas, el hombre ha explotado los ecosistemas por encima de los límites sostenibles con el fin de mejorar su calidad de vida. Los efectos adversos de esta voracidad están pesando más de lo que creía la ciencia. Por ese motivo, los científicos han unido sus fuerzas para advertir que si no tomamos medidas urgentes, las consecuencias serán "irreversibles".
En 1992, la Unión de Científicos Preocupados (UCS, por sus siglas en inglés), junto con más de 1.700 científicos independientes -incluyendo a la mayoría de los ganadores del Nobel en ciencias-, redactaron la Advertencia de los científicos del mundo a la humanidad. Mostraron su preocupación por la destrucción de la capa de ozono, la pérdida de bosques, el cambio climático, la extinción de las especies o el crecimiento continuo de la población humana.
https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/ciencia/2017/11/14/5a09fdb5e2704ea55f8b45bf.html
Habilidad a desarrollar:
Describo las situaciones que muestran el impacto económico y ambiental sobre el planeta Tierra.
Conocimientos:
Deforestación y calentamiento global, consumismo y tecnología negativa en la parte ambiental y humana.
Recursos para el desarrollo del tema:
Guías, Policopias, material de refuerzo, internet, libros, videos.

                                                ETAPAS DE APRENDIZAJE
Punto de partida:

Actividad 1: ¿Qué nos dicen las imágenes? Buscando pistas.

A.   ¿Qué mensaje nos aportan las dos imágenes?

B.   Elaborar un texto relacionando las dos imágenes con un título. 

C.   Elaborar un dibujo sobre los impactos de la contaminación en el mundo.
Actividad 2: Analizar el siguiente texto.
Por Josep Maria Antentas y Esther Vivas*
20 de abril, 2014.- La humanidad se encuentra frente a una crisis ecológica global que forma parte intrínseca de la crisis sistémica del capitalismo. En la crisis de nuestro presente se interrelaciona una crisis financiera y económica, energética y alimentaria, política y social (por el aumento de las desigualdades y el estallido de la crisis de los cuidados).
Asistimos en realidad a una verdadera crisis de civilización. Una crisis que en su conjunto ha puesto encima de la mesa la incapacidad del sistema capitalista para satisfacer las necesidades básicas de la mayor parte de la población mundial y para atajar la crisis ecológica que él mismo ha creado y que amenaza la propia supervivencia de la especie y de la vida en el planeta.
La interrelación entre la crisis económica y la crisis ecológica global, cuya mayor expresión es el cambio climático, es de hecho una de las especificidades de la situación actual distinta a las precedentes como la crisis de 1929 y los años treinta. La magnitud del desafío ecológico no hace sino aumentar el potencial de inestabilidad global para el próximo periodo, que estará marcado por el agotamiento, a medio plazo, de un modelo energético basado en el petróleo y los combustibles fósiles, el aumento de las catástrofes naturales debido a las alteraciones climáticas, y los desequilibrios estructurales crecientes del sistema agroalimentario mundial.
Los fracasos de las cumbres del clima de Copenhague 2009, Cancún 2010, Durban 2011 y Doha 2012, que ha transcurrido en medio de la indiferencia generalizada, ponen de manifiesto cómo el sistema capitalista es incapaz de dar respuesta a una crisis que él mismo ha creado (Antentas y Vivas, 2009). Estas citas resultaron ser un fracaso sin paliativos y una oportunidad perdida donde ni siquiera la retórica hueca y la pompa de los jefes de Estado, que se fue apagando cumbre tras cumbre desde la grandilocuencia de Copenhague hasta la invisibilidad de Doha, pudo esconder la falta de medidas reales aprobadas. No hay voluntad política para dar respuesta a la crisis climática y ecológica a la que nos enfrentamos ya que una solución real requeriría el núcleo duro del actual modelo económico.
La ofensiva de la economía verde
La nueva ofensiva del capitalismo global por privatizar y mercantilizar masivamente los bienes comunes tiene en la economía verde su máximo exponente. Una economía verde que, contrariamente a lo que su nombre indica, no tiene nada de “alternativa” sino que busca aumentar las bases para explotar y hacer negocio con la naturaleza. En un contexto de crisis económica como el actual, una de las estrategias del capital para recuperar la tasa de ganancia consiste en privatizar los ecosistemas y convertir “lo vivo” en mercancía. Al mismo tiempo que en el marco de la crisis ecológica, climática y alimentaria, se presentan las nuevas tecnologías (nanotecnología, agrocombustibles, geoingeniería, transgénicos…) como instrumentos para frenar el calentamiento global y la hambruna, cuando en realidad su aplicación obedece a criterios mercantiles y empresariales.
Sus promotores son, precisamente, aquellos que nos han conducido al callejón sin salida en el que nos encontramos: grandes empresas transnacionales, con el apoyo activo de gobiernos e instituciones internacionales. Aquellas compañías que monopolizan el mercado de la energía (Exxon, BP, Chevron, Shell, Total), de la agroindustria (Unilever, Cargill, DuPont, Monsanto, Bunge, Procter&Gamble), de las farmacéuticas (Roche, Merck), de la química (Dow, DuPont, BASF) son las principales impulsoras de la economía verde, a la vez que se configuran nuevas fusiones y adquisiciones empresariales (Grupo ETC, 2011).
Asistimos a un nuevo ataque a los bienes comunes donde quienes salen perdiendo son las comunidades indígenas, campesinas, de pastores, pescadores… del Sur global, cuidadoras de dichos ecosistemas, quienes serán expropiadas y expulsadas de sus territorios en beneficio de las empresas transnacionales que buscan hacer negocio con los mismos. La economía verde privatiza la naturaleza convirtiendo el acceso a la tierra y a los alimentos en transacciones comerciales y a las políticas públicas, que deberían garantizar estos derechos, en competencia de mercado (Ribeiro, 2011).
En la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro, en 1992, donde se aprobó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que posteriormente desembocaría en el Protocolo de Kioto, las empresas transnacionales ya dieron muestras de un lavado de imagen verde para ocultar sus prácticas con un fuerte impacto medioambiental y esquivar responsabilidades. Lo “verde” no es nuevo, pero la economía verde va mucho más allá e implica la neocolonización de los ecosistemas y de la naturaleza y busca transformarlos en mercancías de compra y venta. Una ofensiva resultada de la competencia por controlar los recursos naturales y hacer negocio con “la vida”.
El 99% y nuestro planeta
El agravamiento de las consecuencias sociales de la crisis y la intensificación de las políticas de ajuste han provocado una reacción social de largo alcance. Con las revoluciones en el mundo árabe como aguijón emergió en 2011 un nuevo ciclo internacional de protesta que tiene su elemento motriz en la lucha contra los efectos de la crisis y las políticas que buscan transferir su coste a las capas populares. El leiv motiv de la “rebelión de los indignados” pone en el centro de la diana a quienes son identificados como responsables de la crisis y su gestión. En el caso español, tiene un doble eje constitutivo inseparable: la crítica a la clase política y a los poderes económicos y financieros. A los últimos se les señala como responsables de la crisis económica y a los primeros se les acusa, precisamente, por su servilismo y complicidad con el mundo de los negocios. En Estados Unidos, el movimiento Occupy, en cambio, pone más énfasis en la crítica al poder económico que a la clase política, llevando a cabo un ataque frontal a Wall Street y a la minoría privilegiada simbolizada por el 1%. De todos modos, detrás subyace el rechazo a los dos grandes partidos, a la política de Obama, y a las élites de Washington.
En Europa y Estados Unidos la resistencia indignada se centra en la movilización contra los recortes sociales, las privatizaciones, la banca y el pago de una deuda ilegítima, temas que fueron dominantes en los países de América Latina y en otros continentes del sur en las décadas anteriores. En definitiva, la indignación colectiva se expresa como movilización contra los intentos del capital financiero de sacrificar al conjunto de la sociedad para salvarse a sí mismo y de reorganizar el conjunto de las relaciones sociales en beneficio propio.
En la agenda indignada, sin embargo, las cuestiones específicamente medioambientales y la crisis ecológica y climática han jugado un rol secundario, en un momento donde recortes, desmantelamiento de servicios públicos, desahucios, paro y ayudas a la banca dominan el panorama. En cambio, hoy la defensa de los bienes comunes, de los ecosistemas y de la biodiversidad son temas centrales en la agenda de los movimientos sociales en los países del Sur. Muchas de sus comunidades son las primeras en enfrentar las consecuencias del cambio climático (aumento del nivel del mar, sequías, etc.) y el impacto medioambiental de las falsas soluciones promovidas por el capitalismo verde (agrocombustibles, programa REDD, almacenamiento de CO2 bajo tierra).
Colocar la cuestión de la crisis ecológica y climática en tanto que aspecto central de la crisis sistémica contemporánea en la agenda de las luchas sociales indignadas es una cuestión pendiente y estratégica, para poder plantear un proyecto de ruptura consecuente con el actual modelo económico y social. La crisis actual plantea la necesidad urgente de cambiar el mundo de base y hacerlo desde una perspectiva anticapitalista y ecosocialista radical, en el sentido que le dan al término autores como Kovel y Löwy (2008). Indignados y occupiers en su lucha contra la tiranía de la minoría financiera global tienen el reto de enlazar las movilizaciones contra el ajuste estructural y las opuestas a la crisis climática en una perspectiva convergente e integradora entre lo “social” y lo “medioambiental” cuyo nexo debe ser el rechazo a la (in)civilización del capital y a la mercantilización generalizada del planeta y la sociedad. Se trata de poder avanzar así hacía, en palabras de John Bellamy Foster (2009), una imprescindible “revolución ecológica que necesariamente tiene que ser también una revolución social”.
https://www.servindi.org/actualidad/104398

A.   A partir del texto anterior desarrollar las frases claves (3), la idea general, intención del artículo, ideas principales (3), los hechos más destacados (3), conclusión.

Recolección de información e investigación:
Actividad 3: ¿Qué planteamientos hay de la respuesta a la crisis ambiental y capitalista?
Por: Por Sylvia Ubal* / Barómetro|

Día Mundial de la Tierra

“Los derechos humanos y los derechos de la naturaleza
son dos nombres de la misma dignidad”
Eduardo Galeano

El  22 de abril, se celebró en todo el mundo el Día Mundial de la Tierra, la fecha tiene una característica muy especial, no fue establecida por la Organización de Naciones Unidas. Fue promovida por un movimiento de ciudadanos, que decidió organizarse para resguardar el planeta El senador y activista ambiental estadounidense Gaylord Nelson había convocado a la celebración el día 22 de abril de 1970 a esta jornada la llamó el Día de la Tierra, al inicio del equinoccio de primavera en el hemisferio norte.

Para esta convocatoria ambientalista participaron dos mil universidades, diez mil escuelas primarias y secundarias, y centenares de comunidades habían respondido al llamado de la líder parlamentaria y de la juventud universitaria. Más de veinte millones de personas se movilizaron, tomaron las calles, los parques y los auditorios para manifestarse por un ambiente saludable y sustentable. Y establecieron en sus comunidades, universidades y colegios, una plataforma de difusión y discusión sobre el medio ambiente y sus principales problemas.

El 22 de abril de 1970 Día de la Tierra logró una coincidencia política que parecía imposible. Se logró el apoyo de políticos de distintas tendencias, ricos y pobres, que condujo a la creación de la Agencia de Protección al Medio Ambiente de Estados Unidos y a la aprobación de leyes relacionadas con el aire limpio, el agua limpia y la conservación de especies en peligro de extinción. A partir de entonces, se promueve la Celebración de Día de la Tierra cada año como una instancia de reflexión y acción en favor del ambiente

La madre Tierra un concepto milenario de los pueblos originarios

Y desde el año 2009 una propuesta de Bolivia ha cambiado su denominación, siendo la nueva Día Internacional de la Madre Tierra (en quechua: Pacha mamá). Mucho es lo que se ha escrito sobre este tema, probablemente casi todo lo que podía escribirse. Sin embargo, es muchísimo menos lo que se ha hecho en este período por nuestra Madre Tierra que nos dio vida y albergue, que nos provee de alimentos, agua para beber y oxígeno para respirar.

Los países industrializados se desentienden de su responsabilidad ambiental

Pero en estos años todos los gráficos estadísticos resultan negativos. Siguen aumentando las emisiones de gases contaminantes, ha crecido geométricamente el consumo y sus consecuentes desperdicios, el planeta se ha cubierto de cultivos y árboles transgénicos. Se sigue deforestando a tasas suicidas, los océanos se están convirtiendo en vertederos, la mega minería cada vez más expandida destruye o deteriora todo lo que toca y tantos otros males.

Seguimos fracasando en el objetivo de brindarle a nuestra Madre Tierra el respeto y cuidados que esta merece, en el objetivo de construir una sociedad sustentable. Mucho se dice, pero poco se hace. Palabras que se las lleva el viento y firmas en el agua se han convertido en los quehaceres cotidianos de quienes deberían poner fin a este comportamiento insano, autodestructivo que nos está contaminando el presente y robando el futuro.

Los 25 países más contaminantes del planeta han aprobado en la cumbre de Copenhague sobre el clima, un acuerdo que sirve sólo a los intereses del gran capital y a la apropiación capitalista de los recursos, dejando de lado sus responsabilidades. Seguimos pagando los países más pobres, los menos industrializados, los costos del veneno con el que los países del primer mundo contaminan el planeta en el que todas y todos vivimos.

Una nueva iniciativa la Conferencia Mundial de los Pueblos

Sin embargo, ocurrirá algo diferente, tendrá un condimento nuevo que hasta ahora no había tenido en Cochabamba, Bolivia, la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, convocada por el presidente boliviano Evo Morales. Se va a discutir el cambio climático global en serio, El Gobierno boliviano en una iniciativa verdaderamente necesaria, ha convocado a 130 países a los movimientos sociales, ONGs, gobiernos, intelectuales, pueblos originarios y personas de todo el mundo a reunirse para tratar diversas propuestas sobre el calentamiento global desde otra perspectiva. Y que no lo paguen los afectados, que los capitalistas transfieran tecnología gratuitamente, que se aprueben los Derechos de la Madre Tierra. Y  buscar verdaderas soluciones y ya no simples acuerdos políticos sin peso ni obligaciones para sus firmantes.

Según el Protocolo de Kioto, los países industrializados deben reducir sus emisiones de gases contaminantes en un cinco por ciento entre 2008 y 2012. Las organizaciones sociales de Bolivia plantearán que a partir de 2017 las naciones ricas bajen en un 50 por ciento la cantidad de dióxido de carbono arrojado a la atmósfera, entre otros componentes.

La crisis ecológica mundial debe ser asumida por los capitalistas

Que la crisis climática sea pagada por los capitalistas, que se transfiera gratuitamente tecnología a los países afectados, la aprobación de los Derechos de la Madre Tierra y la creación de un tribunal internacional que juzgue a estados y empresas responsables del calentamiento global serán algunas de las propuestas de los 20 mil participantes venidos de 130 países para la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y Derechos de la Madre Tierra (CMPCC), que se realizará en Tiquipaya, Cochabamba. “Aquí hay dos caminos. O muere el capitalismo o muere la Madre Tierra”, sostuvo el presidente Evo Morales.

Según el gobierno, estas exigencias serán presentadas en la 16ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 16), que se realizará a fin de año en México. La COP 15, hecha en diciembre pasado, concluyó con un documento presentado por Estados Unidos, Brasil, India, China y Sudáfrica, que se habían reunido a solas para redactar el Entendimiento de Copenhague.

Este documento no es vinculante ni establece cuáles serían los compromisos de cada país para que la temperatura del planeta sólo crezca dos grados centígrados en este siglo. Se calcula que la temperatura promedio de la Tierra es de 15 grados. Si aumentara dos grados, decenas de científicos alertan que sería inevitable despedirse de cientos de ciudades costeras e islas casi al nivel del mar, como la república de Tuvalu, un atolón de corales en el sur del océano Pacífico. Sería por el derretimiento de los cascos polares y de varios glaciares.

El uso de combustibles fósiles para la obtención de energía y el modelo agrícola industrial –fuertemente controlado por un puñado de transnacionales- son las dos fuentes principales del cambio climático. Según las estadísticas, las prácticas agrícolas contribuyeron alrededor del 17 por ciento en las emisiones mundiales entre 1990 y 2007. La agricultura industrial, que promueve la deforestación y los monocultivos, contribuye sustancialmente a las emisiones de gases efecto invernadero. Los bosques y praderas ricos en carbono son convertidos en “desiertos verdes” que destruyen la biodiversidad. Pero, además, al utilizar intensivamente fertilizantes y pesticidas químicos provenientes del petróleo, maquinaria y semillas transgénicas, provocan degradación del medio ambiente, la agricultura industrial contamina las fuentes de agua y causa graves daños a la salud humana.

Para enfrentar los cambios climáticos, los ecosistemas de Latinoamérica deben ser declarados fuentes de vida para el mundo, los cuales no podrán ser destruidos ni alterados.

El capitalismo industrializado ha mantenido un sistema consumista devorador basado erróneamente en la infinitud de los recursos mundiales Sólo tenemos un mundo y el sostenimiento del sistema resulta inviable para toda la humanidad a corto plazo.

Los países industrializados tienen que asumir su responsabilidad sobre el CO2 ya acumulado en la atmósfera, por ello y por su mayor capacidad financiera y tecnológica, su reducción de emisiones en 2020 tiene que ser del 40% sobre la situación de 1990. Una reducción que debe realizarse íntegramente en su territorio, la que se obtenga de terceros países ha de contabilizarse aparte.

La destrucción masiva, la minería ilegal la cría de ganado y las madereras que inducen la deforestación de la selva están creando las condiciones para que un lapso de pocas décadas, la Amazonía se convierta en un desierto. El problema no sólo es el desarrollo desmedido, la explotación agrícola y la ganadería indiscriminada o las industrias agroalimentarias trasnacionales, sino sencillamente que está en juego la existencia del ser humano, nuestra subsistencia como seres vivos.

Ponemos en la balanza la necesidad de apurar los cambios fundamentales de la sociedad. En Latinoamérica está cifrada la esperanza del planeta, en nuestras revoluciones, en nuestros esfuerzos por cambiar. Nosotros no podemos tomar en juego, no podemos dudar, frente a esa esperanza que los pueblos pobres y oprimidos del mundo han puesto en América Latina.

A.   Crear una frase decorada sobre el texto anterior en hoja tamaño oficio.

B.   Con la información que han recogido hasta aquí, elaborar un organizador gráfico.

Actividad 4: ¿Por qué se generan flujos migratorios en América Latina?
A.   Leer el siguiente texto y establecer una síntesis en un párrafo.
Por Carolina Gómez Mena, La Jornada, 12 de julio de 2015
Priva en la sociedad un frenesí por tener más que por ser, aseveran especialistas
Especialistas aseveraron que el consumismo es un problema que aqueja a la mayor parte de la población, en los diferentes estratos y edades. Por medio de la mercadotecnia y la publicidad se impulsa a adquirir bienes, servicios y alimentos en demasía, y en muchas ocasiones, incluso a comprar artículos innecesarios.
Sin embargo, con una educación adecuada, sobre todo dirigida a los niños, esta situación puede cambiar, consideraron sicopedagogos, sicólogos y sociólogos. Los profesores-investigadores Martha Leticia Gaeta González y Juan Martín López Calva, de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, así como Alfredo Villafranca, del Departamento Académico de Estudios Generales del ITAM, y Marco Antonio Rigo Lemini, de la Facultad de Psicología de la UNAM, coincidieron en que actualmente se experimenta un “frenesí por tener, más que por ser”.
En esta lógica, señalaron, prevalece un desenfreno por consumir productos y marcas “para indicar estatus”, lo que se traduce en el desarrollo de estilos de vida poco saludables y dañinos para el medio ambiente y las personas.
Factible, cambiar conductas
Durante la presentación del libro Educando la autorregulación del consumo en la infancia,apuntaron que el comportamiento consumista puede ser modificado. Gaeta precisó: “No estamos acabados; siempre vamos aprendiendo y nuestras conductas son modificables. Esa es la buena noticia: todos podemos cambiar si queremos”.
Los académicos subrayaron que se requiere “educación que genere herramientas de autorregulación”, que forje un criterio propio, sobre todo en los niños, y resaltaron que “no se trata de prohibir ni sancionar, sino de educar en emociones y pensamiento, así como de retomar valores éticos universales”. De forma errónea, aseveraron, se considera que mientras mayor cantidad de bienes, servicios y alimentos se compren, se tendrá más felicidad, al grado de que esos productos definen “lo que se es”.
Villafranca, en tanto, afirmó que el consumismo “nos ha llevado, como sociedad, a extraviar la brújula de la felicidad, la autorrealización, la calidad de vida e incluso de la fortaleza del tejido social; nos tiene enfermos”.
Expuso que una persona “consumista vive una patología cultural” y añadió que existe la creencia falsa de que las compras excesivas, que no cubren necesidades reales, “se han convertido en una pauta de éxito cultural, pues ‘mientras más tengo, más feliz soy’”. López Calva se manifestó por una educación que proporcione “herramientas de autorregulación, la cual no es una pedagogía de sanciones o de prohibiciones, sino que eduque las emociones y pensamiento de los niños para que tengan un consumo responsable y no se dejen llevar por el impulso, por el deseo de comprar y comprar”.
López Calva y Gaeta González resaltaron que “el consumo es inherente a la vida del ser humano”; sin embargo, el “problema se origina cuando aquél es exagerado, cuando se vuelve adictivo y nos hace esclavos porque nos domina”. Debido al “bombardeo publicitario”, agregaron, parece que no basta consumir, sino que es necesario comprar “cosas más caras, porque existe la idea de que si la marca es mejor, uno se vuelve mejor persona, y no es así”.
El libro que presentaron, dijeron, “plantea cómo la mercadotecnia genera esa sensación falsa de superioridad”. Agregaron que padres y maestros deben ayudar a los niños “a generar un pensamiento reflexivo, un comportamiento autónomo, educarlos en la libertad para que decidan por sí mismos y conozcan las consecuencias del consumo desmedido”.
https://viaorganica.org/el-consumismo-se-traduce-en-estilos-de-vida-daninos-para-personas-y-medio-ambiente/

Desarrollo de la Habilidad

Actividad 5:

A.   Crear un mapa texto.

B.   Elabora una decoración mural en cartón, cartulina o papel Craft.
Relación

Actividad 6: ¿Por qué la tecnología ha sido un avance negativo en el desarrollo de la sociedad actual?
                     
En el último siglo, el planeta tierra ha sido un torturado testigo del desarrollo tecnológico del hombre. Un desarrollo que ha significado muerte y destrucción masiva al planeta que llamamos hogar. Irónicamente podemos darnos cuenta que el hombre como especie, somos la más inadaptable de todas las especies que han vivido en el planeta, sin considerar nuestro origen divino, o Darwineano, podemos asegurar que el éxito de nuestro dominio tiene base en el desarrollo de nuestra inteligencia.
Cabe mencionar que esta inteligencia nos ha hecho la mejor y la peor especie que ha habitado este hogar. Me refiero a la mejor, porque hemos aprovecha y usado el ambiente para nuestro beneficio más que otras especies, y a lo peor, porque en ese uso desmesurado e irresponsable hemos destruido en un siglo, lo que un ecosistema tardó en formar en miles de años.
El brillo de la fama, el poder y el dinero ha cegado tanto a los hombres sedientos de conocimientos; que con la ingenuidad de Pandora que jugó con las maldades que azotaban al mundo antiguo según los filósofos griegos, abren las puertas del conocimiento con el interés de dominarlas aún sin tener razón o comprensión de su uso. El hombre ahora como especie dominante del planeta, se ha dado el derecho divino para decidir sobre el futuro de las demás especies, acabando a razón de 23 especies por mes. Destruir hábitat natural en fracciones de tiempo de lo que la naturaleza lo creo, catástrofes, corrupción, contaminación, y todos los defectos del hombre repercuten en la naturaleza; que como una esponja absorbe cada día, cada hora, nuestros hijastros mutantes, esperando el momento en que termine por explotar con una fuerza que acabará con lo que conocemos ahora.
Efectos del uso de la tecnología sobre la naturaleza
Es irónico observar como cada descubrimiento que beneficia al hombre y hace que avance otros 100 años en el conocimiento en apenas 1 hora, de por resultado la destrucción de miles de años de trabajo realizado por la naturaleza en tan solo unos años; refiéreme con ello a los grandes desastres que han atormentado la naturaleza.
La contaminación con plaguicidas, los derrames de petróleo en el mar, los peligros de la radiación nuclear y los incendios forestales amenazan a los ecosistemas de la Tierra. Es esencial para la defensa de la vida en el planeta que se difundan y analicen los errores que han llevado a situaciones de grave daño ecológico.
Los derrames de petróleo
Una de las mayores causas de la contaminación oceánica son los derrames de petróleo. El 46% del petróleo y sus derivados industriales que se vierten en el mar son residuos que vuelcan las ciudades costeras. El mar es empleado como un muy accesible y barato depósito de sustancias contaminantes, y la situación no cambiará mientras no existan controles estrictos, con severas sanciones para los infractores. El 13% de los derrames se debe a accidentes que sufren los grandes barcos contenedores de petróleo, que por negligencia de las autoridades y desinterés de las empresas petroleras transportan el combustible en condiciones inadecuadas. En los últimos años, algunos de los más espectaculares accidentes fueron el del buque-tanque Valdés de la Exxon, ocurrido frente a las costas de Alaska el 24 de marzo de 1989, y el del petrolero Mar Egeo, el 3 de diciembre de 1992, frente a la entrada del puerto de La Coruña, en España. Otro 32% de los derrames proviene del lavado de los tanques de los grandes buques que transportan este combustible.
Tanto los derrames de petróleo como los incendios forestales afectan gravemente las cadenas tróficas de los ecosistemas. Los derrames ocasionan gran mortandad de aves acuáticas, peces y otros seres vivos de los océanos. Esto altera el equilibrio del ecosistema y modifica la cadena trófica. En las zonas afectadas, se vuelven imposibles la pesca, la navegación y el aprovechamiento de las playas con fines recreativos.
En los incendios forestales los árboles no son los únicos perjudicados: muchos animales quedan atrapados en el humo, mientras que otros migran.
Los escapes nucleares
Ciertas sustancias propagan energía al desintegrarse sus átomos, y también el calor residual -persistente durante años- que generan. Ese fenómeno, conocido como radiactividad, es particularmente intenso en el caso del plutonio.
En la actualidad, 424 centrales nucleares instaladas en 25 países producen el 16% de la electricidad mundial. Algunos países, como los Estados Unidos, presionados por el terrible accidente de Chernobyl, han anulado los proyectos de construcción de nuevas plantas nucleares. La explosión registrada en Chernobyl el 26 de abril de 1986 liberó gran cantidad de radiactividad. La nube que se formó se desplazó a otros países, por la acción de los vientos. La zona más contaminada comprendió unos 260.000 km2 de las ex repúblicas soviéticas de Ucrania, Rusia y Belarús, y afectó de manera directa a 2.600.000 habitantes.
Las autoridades soviéticas sólo admitieron oficialmente 31 víctimas, pero se calcula que las emisiones radiactivas produjeron 32.000 muertos en los primeros diez años, y que 400.000 personas debieron ser desplazadas de sus lugares. La explosión del reactor nuclear provocó terribles efectos en la salud de la población: aumento de la mortalidad infantil, cáncer de tiroides, incremento de la cantidad de niños nacidos con leucemia, malformaciones, tumores y otras afecciones, que se transmitirán genéticamente. Además, el desastre causó la destrucción de cosechas enteras y la contaminación de alimentos.
Las centrales nucleares tienen elevados costos de construcción y mantenimiento, y además han demostrado no ser lo suficientemente eficientes. De todas maneras, el desencadenante para el cese de la construcción de algunas plantas en el mundo ha sido el accidente de Chernobyl, Ucrania.
Otro problema relacionado con los escapes nucleares, y no menos importante por sus consecuencias, es el destino de los residuos radiactivos. En un principio se había optado por verterlos en los fondos oceánicos. Pero pronto se demostró que el procedimiento era poco seguro.
Se han buscado distintas soluciones alternativas, y en la actualidad prosigue el debate. Tal vez el mejor de los métodos propuestos sea el almacenamiento subterráneo, hermético y sin término establecido.
Incendios forestales
Anualmente el hombre desmantela cerca de 12.000.000 de hectáreas de bosque tropical. Sin embargo, esta reducción no es la única que sufren las áreas forestales de nuestro planeta; a ella debe agregarse la explotación desmedida que padecen otros tipos de bosques y la pérdida que ocasionan los incendios.
Más de 7.000.000 de hectáreas de selvas, bosques y matorrales se destruyen anualmente por esta causa. Entre los factores que favorecen este fenómeno se encuentran las altas temperaturas, las sequías y gran falta de humedad y los vientos fuertes y secos que contribuyen a la dispersión del fuego. Lo que empieza siendo una chispa, rápidamente se convierte en un foco de fuego que avanza y no se puede detener ni controlar.
En el modo de avance de un incendio forestal se pueden distinguir tres sectores. El nivel más alto, el del fuego que ocurre en la copa de los árboles, es decir donde están las ramas y las hojas, es el de avance más rápido y el más difícil de controlar. A nivel medio, donde crecen los arbustos, el fuego avanza menos rápidamente pero afecta no sólo a éstos sino también al estrato herbáceo -malezas y matas-. En el nivel inferior, por debajo del suelo, el avance se da a un ritmo mucho más lento, pero el daño que ocasiona el fuego cuando llega a esta parte es mayor que en cualquier otro nivel, ya que quema las raíces y carboniza el humus causando pérdidas irreparables.
En muchas ocasiones los incendios se originan de manera natural o a veces en forma controlada, pero, no en pocas oportunidades estas catástrofes ocurren por descuido, en especial en zonas turísticas naturales o en áreas protegidas donde el hombre vive en estrecho contacto con la naturaleza haciendo campamentos y vida al aire libre.
La naturaleza y el conocimiento
Mucho antes de que el hombre llegará al planeta, la naturaleza vivía en un delicado equilibrio con el conocimiento. Podemos imaginar esta relación donde la naturaleza busca llegar al origen por medio del conocimiento como lo muestra la siguiente gráfica.
Debemos pues entender que la naturaleza desde tiempos remotos ha sido el máximo guardián y corrector del uso del conocimiento permitiendo que las especies accedan a él cuándo esta considera tienen la capacidad para manejarlo. Desde la llegada del hombre, esta relación se ha roto interponiéndose su presencia al de la naturaleza. Mostrado en la siguiente gráfica. La naturaleza tiene que reaccionar ante la rotura del hombre, produciendo así los terremotos, inundaciones y otros desastres naturales, que el hombre provoca.
Es por ello que el clima cambia tan radicalmente, existen sequías, inundaciones, deslaves, erupciones volcánicas, que nos recuerdan que el final del mundo no será de un origen divino, si no puramente humano; seremos los verdugos y dictaremos nuestra propia sentencia que será nuestra destrucción como un cobarde que practica suicidio.
Por ello tenemos que redefinir el conocimiento aplicado; con base a lo que hemos pagado años atrás con nuestros errores, y ser más leales a un planeta tierra que se hunde en complejas cadenas de burocracia, política y poder.
La tecnología
Definimos a la tecnología como la aplicación de conocimientos para transformar los recursos materiales en productos que faciliten la realización de una tarea.
El uso del conocimiento aplicado, es del uso exclusivo de la especie humana.
Así observamos como los dinosaurios construyeron alguna vez nichos, a los castores construir presas, al perro de pradera hacer madrigueras bajo la tierra, a las hormigas y termitas hacer montículos de arena como antiguos castillos medievales, por mencionar unos pocos.
El avance tecnológico de nuestros días ha tenido un incremento radical. Podemos comparar el desarrollo tecnológico del último año, con el desarrollo tecnológico ocurrido en la última década, así al igual el desarrollo tecnológico de la última década con el desarrollo tecnológico del siglo. Dando así un crecimiento exponencial
Propongo al lector de este ensayo reflexionar sobre los siguientes puntos aquí propuestos:
La tecnología debe ser ambiental
Esta debe cuidar al hombre y a la naturaleza no solo aprovechando al máximo sus recursos materiales y energéticos, si no ambientales, haciéndose parte de un desarrollo sustentable que pueda mantener o mejorar la naturaleza, no creando mutantes ni jugando con ella, si no fortaleciéndola, y restaurando el equilibrio entre las especies.
La tecnología debe ser compartida
Debemos compartir el uso del conocimiento, y no manejarlo como propio, como los países industrializados que dan sus desechos a los países pobres, debemos cuidarlo y respetarlo, pero más que nada compartirlo, ya que solo podremos avanzar si avanzamos junto como una sociedad mundial, sin barreras ni escepticismos, sin yugos ni fronteras.
https://www.gestiopolis.com/efectos-del-uso-de-la-tecnologia-sobre-la-naturaleza/

A.   En grupo elabora arte con objetos cotidianos.
B.   Crear historieta con ojos acerca de los temas concretos del texto.