ESCENARIO DE APRENDIZAJE
La Tierra
está seriamente dañada. Durante décadas, el hombre ha explotado los ecosistemas
por encima de los límites sostenibles con el fin de mejorar su calidad de vida.
Los efectos adversos de esta voracidad están pesando más de lo que creía la
ciencia. Por ese motivo, los científicos han unido sus fuerzas para advertir
que si no tomamos medidas urgentes, las consecuencias serán
"irreversibles".
En 1992,
la Unión de Científicos Preocupados (UCS, por sus siglas en inglés), junto con
más de 1.700 científicos independientes -incluyendo a la mayoría de los
ganadores del Nobel en ciencias-, redactaron la Advertencia de los científicos
del mundo a la humanidad. Mostraron su preocupación por la destrucción de la
capa de ozono, la pérdida de bosques, el cambio climático, la extinción de las
especies o el crecimiento continuo de la población humana.
https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/ciencia/2017/11/14/5a09fdb5e2704ea55f8b45bf.html
Habilidad a desarrollar:
Describo
las situaciones que muestran el impacto económico y ambiental sobre el planeta
Tierra.
Conocimientos:
Deforestación
y calentamiento global, consumismo y tecnología negativa en la parte ambiental
y humana.
Recursos para el desarrollo del tema:
Guías, Policopias, material de
refuerzo, internet, libros, videos.
ETAPAS
DE APRENDIZAJE
Punto de partida:
Actividad
1: ¿Qué nos dicen las imágenes? Buscando pistas.
A.
¿Qué
mensaje nos aportan las dos imágenes?
B.
Elaborar un
texto relacionando las dos imágenes con un título.
C.
Elaborar un
dibujo sobre los impactos de la contaminación en el mundo.
Actividad
2: Analizar el siguiente texto.
Por Josep Maria
Antentas y Esther Vivas*
20 de abril, 2014.-
La humanidad se encuentra frente a una crisis ecológica global que forma parte
intrínseca de la crisis sistémica del capitalismo. En la crisis de nuestro
presente se interrelaciona una crisis financiera y económica, energética y
alimentaria, política y social (por el aumento de las desigualdades y el
estallido de la crisis de los cuidados).
Asistimos en
realidad a una verdadera crisis de civilización. Una crisis que en su conjunto
ha puesto encima de la mesa la incapacidad del sistema capitalista para
satisfacer las necesidades básicas de la mayor parte de la población mundial y
para atajar la crisis ecológica que él mismo ha creado y que amenaza la propia
supervivencia de la especie y de la vida en el planeta.
La interrelación
entre la crisis económica y la crisis ecológica global, cuya mayor expresión es
el cambio climático, es de hecho una de las especificidades de la situación
actual distinta a las precedentes como la crisis de 1929 y los años treinta. La
magnitud del desafío ecológico no hace sino aumentar el potencial de
inestabilidad global para el próximo periodo, que estará marcado por el
agotamiento, a medio plazo, de un modelo energético basado en el petróleo y los
combustibles fósiles, el aumento de las catástrofes naturales debido a las
alteraciones climáticas, y los desequilibrios estructurales crecientes del
sistema agroalimentario mundial.
Los fracasos de las
cumbres del clima de Copenhague 2009, Cancún 2010, Durban 2011 y Doha 2012, que
ha transcurrido en medio de la indiferencia generalizada, ponen de manifiesto
cómo el sistema capitalista es incapaz de dar respuesta a una crisis que él
mismo ha creado (Antentas y Vivas, 2009). Estas citas resultaron ser un fracaso
sin paliativos y una oportunidad perdida donde ni siquiera la retórica hueca y
la pompa de los jefes de Estado, que se fue apagando cumbre tras cumbre desde
la grandilocuencia de Copenhague hasta la invisibilidad de Doha, pudo esconder
la falta de medidas reales aprobadas. No hay voluntad política para dar
respuesta a la crisis climática y ecológica a la que nos enfrentamos ya que una
solución real requeriría el núcleo duro del actual modelo económico.
La ofensiva de la economía verde
La nueva ofensiva
del capitalismo global por privatizar y mercantilizar masivamente los bienes
comunes tiene en la economía verde su máximo exponente. Una economía verde que,
contrariamente a lo que su nombre indica, no tiene nada de “alternativa” sino que
busca aumentar las bases para explotar y hacer negocio con la naturaleza. En un
contexto de crisis económica como el actual, una de las estrategias del capital
para recuperar la tasa de ganancia consiste en privatizar los ecosistemas y
convertir “lo vivo” en mercancía. Al mismo tiempo que en el marco de la crisis
ecológica, climática y alimentaria, se presentan las nuevas tecnologías
(nanotecnología, agrocombustibles, geoingeniería, transgénicos…) como
instrumentos para frenar el calentamiento global y la hambruna, cuando en
realidad su aplicación obedece a criterios mercantiles y empresariales.
Sus promotores son,
precisamente, aquellos que nos han conducido al callejón sin salida en el que
nos encontramos: grandes empresas transnacionales, con el apoyo activo de
gobiernos e instituciones internacionales. Aquellas compañías que monopolizan
el mercado de la energía (Exxon, BP, Chevron, Shell, Total), de la
agroindustria (Unilever, Cargill, DuPont, Monsanto, Bunge, Procter&Gamble),
de las farmacéuticas (Roche, Merck), de la química (Dow, DuPont, BASF) son las
principales impulsoras de la economía verde, a la vez que se configuran nuevas
fusiones y adquisiciones empresariales (Grupo ETC, 2011).
Asistimos a un
nuevo ataque a los bienes comunes donde quienes salen perdiendo son las
comunidades indígenas, campesinas, de pastores, pescadores… del Sur global,
cuidadoras de dichos ecosistemas, quienes serán expropiadas y expulsadas de sus
territorios en beneficio de las empresas transnacionales que buscan hacer negocio
con los mismos. La economía verde privatiza la naturaleza convirtiendo el
acceso a la tierra y a los alimentos en transacciones comerciales y a las
políticas públicas, que deberían garantizar estos derechos, en competencia de
mercado (Ribeiro, 2011).
En la Cumbre de la
Tierra de Río de Janeiro, en 1992, donde se aprobó la Convención Marco de las
Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que posteriormente desembocaría en el
Protocolo de Kioto, las empresas transnacionales ya dieron muestras de un
lavado de imagen verde para ocultar sus prácticas con un fuerte impacto
medioambiental y esquivar responsabilidades. Lo “verde” no es nuevo, pero la
economía verde va mucho más allá e implica la neocolonización de los
ecosistemas y de la naturaleza y busca transformarlos en mercancías de compra y
venta. Una ofensiva resultada de la competencia por controlar los recursos
naturales y hacer negocio con “la vida”.
El 99% y nuestro planeta
El agravamiento de
las consecuencias sociales de la crisis y la intensificación de las políticas
de ajuste han provocado una reacción social de largo alcance. Con las
revoluciones en el mundo árabe como aguijón emergió en 2011 un nuevo ciclo
internacional de protesta que tiene su elemento motriz en la lucha contra los
efectos de la crisis y las políticas que buscan transferir su coste a las capas
populares. El leiv motiv de la “rebelión de los indignados” pone en el centro
de la diana a quienes son identificados como responsables de la crisis y su
gestión. En el caso español, tiene un doble eje constitutivo inseparable: la
crítica a la clase política y a los poderes económicos y financieros. A los
últimos se les señala como responsables de la crisis económica y a los primeros
se les acusa, precisamente, por su servilismo y complicidad con el mundo de los
negocios. En Estados Unidos, el movimiento Occupy, en cambio, pone más énfasis
en la crítica al poder económico que a la clase política, llevando a cabo un
ataque frontal a Wall Street y a la minoría privilegiada simbolizada por el 1%.
De todos modos, detrás subyace el rechazo a los dos grandes partidos, a la
política de Obama, y a las élites de Washington.
En Europa y Estados
Unidos la resistencia indignada se centra en la movilización contra los
recortes sociales, las privatizaciones, la banca y el pago de una deuda
ilegítima, temas que fueron dominantes en los países de América Latina y en
otros continentes del sur en las décadas anteriores. En definitiva, la
indignación colectiva se expresa como movilización contra los intentos del
capital financiero de sacrificar al conjunto de la sociedad para salvarse a sí
mismo y de reorganizar el conjunto de las relaciones sociales en beneficio
propio.
En la agenda
indignada, sin embargo, las cuestiones específicamente medioambientales y la
crisis ecológica y climática han jugado un rol secundario, en un momento donde
recortes, desmantelamiento de servicios públicos, desahucios, paro y ayudas a
la banca dominan el panorama. En cambio, hoy la defensa de los bienes comunes,
de los ecosistemas y de la biodiversidad son temas centrales en la agenda de
los movimientos sociales en los países del Sur. Muchas de sus comunidades son
las primeras en enfrentar las consecuencias del cambio climático (aumento del
nivel del mar, sequías, etc.) y el impacto medioambiental de las falsas
soluciones promovidas por el capitalismo verde (agrocombustibles, programa
REDD, almacenamiento de CO2 bajo tierra).
Colocar la cuestión
de la crisis ecológica y climática en tanto que aspecto central de la crisis
sistémica contemporánea en la agenda de las luchas sociales indignadas es una
cuestión pendiente y estratégica, para poder plantear un proyecto de ruptura
consecuente con el actual modelo económico y social. La crisis actual plantea
la necesidad urgente de cambiar el mundo de base y hacerlo desde una
perspectiva anticapitalista y ecosocialista radical, en el sentido que le dan
al término autores como Kovel y Löwy (2008). Indignados y occupiers en su lucha
contra la tiranía de la minoría financiera global tienen el reto de enlazar las
movilizaciones contra el ajuste estructural y las opuestas a la crisis
climática en una perspectiva convergente e integradora entre lo “social” y lo
“medioambiental” cuyo nexo debe ser el rechazo a la (in)civilización del
capital y a la mercantilización generalizada del planeta y la sociedad. Se
trata de poder avanzar así hacía, en palabras de John Bellamy Foster (2009),
una imprescindible “revolución ecológica que necesariamente tiene que ser
también una revolución social”.
https://www.servindi.org/actualidad/104398
A.
A partir
del texto anterior desarrollar las frases claves (3), la idea general,
intención del artículo, ideas principales (3), los hechos más destacados (3), conclusión.
Recolección
de información e investigación:
Actividad
3: ¿Qué planteamientos hay de la respuesta a la crisis ambiental y capitalista?
Día Mundial de la Tierra
“Los derechos humanos y los derechos de la
naturaleza
son dos nombres de la misma dignidad”
Eduardo Galeano
El 22 de abril, se celebró en todo el mundo
el Día Mundial de la Tierra, la fecha tiene una característica muy especial, no
fue establecida por la Organización de Naciones Unidas. Fue promovida por un
movimiento de ciudadanos, que decidió organizarse para resguardar el planeta El
senador y activista ambiental estadounidense Gaylord Nelson había convocado a
la celebración el día 22 de abril de 1970 a esta jornada la llamó el Día de la
Tierra, al inicio del equinoccio de primavera en el hemisferio norte.
Para esta convocatoria ambientalista participaron
dos mil universidades, diez mil escuelas primarias y secundarias, y centenares
de comunidades habían respondido al llamado de la líder parlamentaria y de la
juventud universitaria. Más de veinte millones de personas se movilizaron,
tomaron las calles, los parques y los auditorios para manifestarse por un
ambiente saludable y sustentable. Y establecieron en sus comunidades,
universidades y colegios, una plataforma de difusión y discusión sobre el medio
ambiente y sus principales problemas.
El 22 de abril de 1970 Día de la Tierra logró una
coincidencia política que parecía imposible. Se logró el apoyo de políticos de
distintas tendencias, ricos y pobres, que condujo a la creación de la Agencia
de Protección al Medio Ambiente de Estados Unidos y a la aprobación de leyes
relacionadas con el aire limpio, el agua limpia y la conservación de especies
en peligro de extinción. A partir de entonces, se promueve la Celebración de
Día de la Tierra cada año como una instancia de reflexión y acción en favor del
ambiente
La madre Tierra
un concepto milenario de los pueblos originarios
Y desde el año 2009 una propuesta de Bolivia ha
cambiado su denominación, siendo la nueva Día Internacional de la Madre Tierra
(en quechua: Pacha mamá). Mucho es lo que se ha escrito sobre este tema,
probablemente casi todo lo que podía escribirse. Sin embargo, es muchísimo
menos lo que se ha hecho en este período por nuestra Madre Tierra que nos dio
vida y albergue, que nos provee de alimentos, agua para beber y oxígeno para
respirar.
Los países
industrializados se desentienden de su responsabilidad ambiental
Pero en estos años todos los gráficos estadísticos
resultan negativos. Siguen aumentando las emisiones de gases contaminantes, ha
crecido geométricamente el consumo y sus consecuentes desperdicios, el planeta
se ha cubierto de cultivos y árboles transgénicos. Se sigue deforestando a
tasas suicidas, los océanos se están convirtiendo en vertederos, la mega
minería cada vez más expandida destruye o deteriora todo lo que toca y tantos
otros males.
Seguimos fracasando en el objetivo de brindarle a
nuestra Madre Tierra el respeto y cuidados que esta merece, en el objetivo de
construir una sociedad sustentable. Mucho se dice, pero poco se hace. Palabras
que se las lleva el viento y firmas en el agua se han convertido en los
quehaceres cotidianos de quienes deberían poner fin a este comportamiento
insano, autodestructivo que nos está contaminando el presente y robando el
futuro.
Los 25 países más contaminantes del planeta han
aprobado en la cumbre de Copenhague sobre el clima, un acuerdo que sirve sólo a
los intereses del gran capital y a la apropiación capitalista de los recursos,
dejando de lado sus responsabilidades. Seguimos pagando los países más pobres,
los menos industrializados, los costos del veneno con el que los países del
primer mundo contaminan el planeta en el que todas y todos vivimos.
Una nueva
iniciativa la Conferencia Mundial de los Pueblos
Sin embargo, ocurrirá algo diferente, tendrá un
condimento nuevo que hasta ahora no había tenido en Cochabamba, Bolivia, la
Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de
la Madre Tierra, convocada por el presidente boliviano Evo Morales. Se va a
discutir el cambio climático global en serio, El Gobierno boliviano en una
iniciativa verdaderamente necesaria, ha convocado a 130 países a los
movimientos sociales, ONGs, gobiernos, intelectuales, pueblos originarios y
personas de todo el mundo a reunirse para tratar diversas propuestas sobre el
calentamiento global desde otra perspectiva. Y que no lo paguen los afectados,
que los capitalistas transfieran tecnología gratuitamente, que se aprueben los
Derechos de la Madre Tierra. Y buscar verdaderas soluciones y ya no
simples acuerdos políticos sin peso ni obligaciones para sus firmantes.
Según el Protocolo de Kioto, los países industrializados
deben reducir sus emisiones de gases contaminantes en un cinco por ciento entre
2008 y 2012. Las organizaciones sociales de Bolivia plantearán que a partir de
2017 las naciones ricas bajen en un 50 por ciento la cantidad de dióxido de
carbono arrojado a la atmósfera, entre otros componentes.
La crisis
ecológica mundial debe ser asumida por los capitalistas
Que la crisis climática sea pagada por los
capitalistas, que se transfiera gratuitamente tecnología a los países
afectados, la aprobación de los Derechos de la Madre Tierra y la creación de un
tribunal internacional que juzgue a estados y empresas responsables del
calentamiento global serán algunas de las propuestas de los 20 mil
participantes venidos de 130 países para la Conferencia Mundial de los Pueblos
sobre Cambio Climático y Derechos de la Madre Tierra (CMPCC), que se realizará
en Tiquipaya, Cochabamba. “Aquí hay dos caminos. O muere el capitalismo o muere
la Madre Tierra”, sostuvo el presidente Evo Morales.
Según el gobierno, estas exigencias serán
presentadas en la 16ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las
Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 16), que se realizará a fin de
año en México. La COP 15, hecha en diciembre pasado, concluyó con un documento
presentado por Estados Unidos, Brasil, India, China y Sudáfrica, que se habían
reunido a solas para redactar el Entendimiento de Copenhague.
Este documento no es vinculante ni establece cuáles
serían los compromisos de cada país para que la temperatura del planeta sólo
crezca dos grados centígrados en este siglo. Se calcula que la temperatura
promedio de la Tierra es de 15 grados. Si aumentara dos grados, decenas de
científicos alertan que sería inevitable despedirse de cientos de ciudades
costeras e islas casi al nivel del mar, como la república de Tuvalu, un atolón
de corales en el sur del océano Pacífico. Sería por el derretimiento de los
cascos polares y de varios glaciares.
El uso de combustibles fósiles para la obtención de
energía y el modelo agrícola industrial –fuertemente controlado por un puñado
de transnacionales- son las dos fuentes principales del cambio climático. Según
las estadísticas, las prácticas agrícolas contribuyeron alrededor del 17 por
ciento en las emisiones mundiales entre 1990 y 2007. La agricultura industrial,
que promueve la deforestación y los monocultivos, contribuye sustancialmente a
las emisiones de gases efecto invernadero. Los bosques y praderas ricos en
carbono son convertidos en “desiertos verdes” que destruyen la biodiversidad. Pero,
además, al utilizar intensivamente fertilizantes y pesticidas químicos
provenientes del petróleo, maquinaria y semillas transgénicas, provocan
degradación del medio ambiente, la agricultura industrial contamina las fuentes
de agua y causa graves daños a la salud humana.
Para enfrentar los cambios climáticos, los
ecosistemas de Latinoamérica deben ser declarados fuentes de vida para el
mundo, los cuales no podrán ser destruidos ni alterados.
El capitalismo industrializado ha mantenido un
sistema consumista devorador basado erróneamente en la infinitud de los
recursos mundiales Sólo tenemos un mundo y el sostenimiento del sistema resulta
inviable para toda la humanidad a corto plazo.
Los países industrializados tienen que asumir su
responsabilidad sobre el CO2 ya acumulado en la atmósfera, por ello y por su
mayor capacidad financiera y tecnológica, su reducción de emisiones en 2020
tiene que ser del 40% sobre la situación de 1990. Una reducción que debe
realizarse íntegramente en su territorio, la que se obtenga de terceros países
ha de contabilizarse aparte.
La destrucción masiva, la minería ilegal la cría de
ganado y las madereras que inducen la deforestación de la selva están creando
las condiciones para que un lapso de pocas décadas, la Amazonía se convierta en
un desierto. El problema no sólo es el desarrollo desmedido, la explotación
agrícola y la ganadería indiscriminada o las industrias agroalimentarias trasnacionales,
sino sencillamente que está en juego la existencia del ser humano, nuestra
subsistencia como seres vivos.
Ponemos en la balanza la necesidad de apurar los
cambios fundamentales de la sociedad. En Latinoamérica está cifrada la
esperanza del planeta, en nuestras revoluciones, en nuestros esfuerzos por
cambiar. Nosotros no podemos tomar en juego, no podemos dudar, frente a esa
esperanza que los pueblos pobres y oprimidos del mundo han puesto en América
Latina.
A.
Crear una
frase decorada sobre el texto anterior en hoja tamaño oficio.
B.
Con la
información que han recogido hasta aquí, elaborar un organizador gráfico.
Actividad
4: ¿Por qué se generan flujos migratorios en América Latina?
A.
Leer el
siguiente texto y establecer una síntesis en un párrafo.
Priva en la sociedad un
frenesí por tener más que por ser, aseveran especialistas
Especialistas aseveraron
que el consumismo es un problema que aqueja a la mayor parte de la población,
en los diferentes estratos y edades. Por medio de la mercadotecnia y la
publicidad se impulsa a adquirir bienes, servicios y alimentos en demasía, y en
muchas ocasiones, incluso a comprar artículos innecesarios.
Sin embargo, con una
educación adecuada, sobre todo dirigida a los niños, esta situación puede
cambiar, consideraron sicopedagogos, sicólogos y sociólogos. Los
profesores-investigadores Martha Leticia Gaeta González y Juan Martín López
Calva, de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, así como
Alfredo Villafranca, del Departamento Académico de Estudios Generales del ITAM,
y Marco Antonio Rigo Lemini, de la Facultad de Psicología de la UNAM,
coincidieron en que actualmente se experimenta un “frenesí por tener, más que
por ser”.
En esta lógica, señalaron,
prevalece un desenfreno por consumir productos y marcas “para indicar estatus”,
lo que se traduce en el desarrollo de estilos de vida poco saludables y dañinos
para el medio ambiente y las personas.
Factible, cambiar conductas
Durante la presentación
del libro Educando la
autorregulación del consumo en la infancia,apuntaron que el
comportamiento consumista puede ser modificado. Gaeta precisó: “No estamos
acabados; siempre vamos aprendiendo y nuestras conductas son modificables. Esa
es la buena noticia: todos podemos cambiar si queremos”.
Los académicos subrayaron
que se requiere “educación que genere herramientas de autorregulación”, que
forje un criterio propio, sobre todo en los niños, y resaltaron que “no se
trata de prohibir ni sancionar, sino de educar en emociones y pensamiento, así
como de retomar valores éticos universales”. De forma errónea, aseveraron, se
considera que mientras mayor cantidad de bienes, servicios y alimentos se
compren, se tendrá más felicidad, al grado de que esos productos definen “lo
que se es”.
Villafranca, en tanto,
afirmó que el consumismo “nos ha llevado, como sociedad, a extraviar la brújula
de la felicidad, la autorrealización, la calidad de vida e incluso de la
fortaleza del tejido social; nos tiene enfermos”.
Expuso que una persona
“consumista vive una patología cultural” y añadió que existe la creencia falsa
de que las compras excesivas, que no cubren necesidades reales, “se han
convertido en una pauta de éxito cultural, pues ‘mientras más tengo, más feliz
soy’”. López Calva se manifestó por una educación que proporcione “herramientas
de autorregulación, la cual no es una pedagogía de sanciones o de
prohibiciones, sino que eduque las emociones y pensamiento de los niños para
que tengan un consumo responsable y no se dejen llevar por el impulso, por el
deseo de comprar y comprar”.
López Calva y Gaeta
González resaltaron que “el consumo es inherente a la vida del ser humano”; sin
embargo, el “problema se origina cuando aquél es exagerado, cuando se vuelve
adictivo y nos hace esclavos porque nos domina”. Debido al “bombardeo
publicitario”, agregaron, parece que no basta consumir, sino que es necesario
comprar “cosas más caras, porque existe la idea de que si la marca es mejor, uno
se vuelve mejor persona, y no es así”.
El libro que presentaron,
dijeron, “plantea cómo la mercadotecnia genera esa sensación falsa de
superioridad”. Agregaron que padres y maestros deben ayudar a los niños “a
generar un pensamiento reflexivo, un comportamiento autónomo, educarlos en la
libertad para que decidan por sí mismos y conozcan las consecuencias del
consumo desmedido”.
https://viaorganica.org/el-consumismo-se-traduce-en-estilos-de-vida-daninos-para-personas-y-medio-ambiente/
Desarrollo de
la Habilidad
Actividad
5:
A.
Crear
un mapa texto.
B. Elabora una
decoración mural en cartón, cartulina o papel Craft.
Relación
Actividad 6: ¿Por qué la tecnología ha sido
un avance negativo en el desarrollo de la sociedad actual?
En el último siglo, el planeta tierra ha sido un torturado testigo del
desarrollo tecnológico del hombre. Un desarrollo que ha significado muerte y
destrucción masiva al planeta que llamamos hogar. Irónicamente podemos darnos
cuenta que el hombre como especie, somos la más inadaptable de todas las
especies que han vivido en el planeta, sin considerar nuestro origen divino, o
Darwineano, podemos asegurar que el éxito de nuestro dominio tiene base en el
desarrollo de nuestra inteligencia.
Cabe mencionar que esta inteligencia nos ha hecho la mejor y la peor
especie que ha habitado este hogar. Me refiero a la mejor, porque hemos
aprovecha y usado el ambiente para nuestro beneficio más que otras especies, y
a lo peor, porque en ese uso desmesurado e irresponsable hemos destruido en un
siglo, lo que un ecosistema tardó en formar en miles de años.
El brillo de la fama, el poder y el dinero ha cegado tanto a los hombres
sedientos de conocimientos; que con la ingenuidad de Pandora que jugó con las
maldades que azotaban al mundo antiguo según los filósofos griegos, abren las
puertas del conocimiento con el interés de dominarlas aún sin tener razón o
comprensión de su uso. El hombre ahora como especie dominante del planeta, se
ha dado el derecho divino para decidir sobre el futuro de las demás especies,
acabando a razón de 23 especies por mes. Destruir hábitat natural en fracciones
de tiempo de lo que la naturaleza lo creo, catástrofes, corrupción,
contaminación, y todos los defectos del hombre repercuten en la naturaleza; que
como una esponja absorbe cada día, cada hora, nuestros hijastros mutantes,
esperando el momento en que termine por explotar con una fuerza que acabará con
lo que conocemos ahora.
Efectos del uso de
la tecnología sobre la naturaleza
Es irónico observar como cada descubrimiento que beneficia al hombre y
hace que avance otros 100 años en el conocimiento en apenas 1 hora, de por
resultado la destrucción de miles de años de trabajo realizado por la naturaleza
en tan solo unos años; refiéreme con ello a los grandes desastres que han
atormentado la naturaleza.
La contaminación con plaguicidas, los derrames de petróleo en el mar,
los peligros de la radiación nuclear y los incendios forestales amenazan a los
ecosistemas de la Tierra. Es esencial para la defensa de la vida en el planeta
que se difundan y analicen los errores que han llevado a situaciones de grave
daño ecológico.
Los derrames de
petróleo
Una de las mayores causas de la contaminación oceánica son los derrames
de petróleo. El 46% del petróleo y sus derivados industriales que se vierten en
el mar son residuos que vuelcan las ciudades costeras. El mar es empleado como
un muy accesible y barato depósito de sustancias contaminantes, y la situación
no cambiará mientras no existan controles estrictos, con severas sanciones para
los infractores. El 13% de los derrames se debe a accidentes que sufren los
grandes barcos contenedores de petróleo, que por negligencia de las autoridades
y desinterés de las empresas petroleras transportan el combustible en
condiciones inadecuadas. En los últimos años, algunos de los más espectaculares
accidentes fueron el del buque-tanque Valdés de la Exxon, ocurrido frente a las
costas de Alaska el 24 de marzo de 1989, y el del petrolero Mar Egeo, el 3 de
diciembre de 1992, frente a la entrada del puerto de La Coruña, en España. Otro
32% de los derrames proviene del lavado de los tanques de los grandes buques
que transportan este combustible.
Tanto los derrames de petróleo como los incendios forestales afectan
gravemente las cadenas tróficas de los ecosistemas. Los derrames ocasionan gran
mortandad de aves acuáticas, peces y otros seres vivos de los océanos. Esto
altera el equilibrio del ecosistema y modifica la cadena trófica. En las zonas
afectadas, se vuelven imposibles la pesca, la navegación y el aprovechamiento
de las playas con fines recreativos.
En los incendios forestales los árboles no son los únicos perjudicados:
muchos animales quedan atrapados en el humo, mientras que otros migran.
Los escapes
nucleares
Ciertas sustancias propagan energía al desintegrarse sus átomos, y
también el calor residual -persistente durante años- que generan. Ese fenómeno,
conocido como radiactividad, es particularmente intenso en el caso del
plutonio.
En la actualidad, 424 centrales nucleares instaladas en 25 países
producen el 16% de la electricidad mundial. Algunos países, como los Estados
Unidos, presionados por el terrible accidente de Chernobyl, han anulado los
proyectos de construcción de nuevas plantas nucleares. La explosión registrada
en Chernobyl el 26 de abril de 1986 liberó gran cantidad de radiactividad. La
nube que se formó se desplazó a otros países, por la acción de los vientos. La
zona más contaminada comprendió unos 260.000 km2 de las ex repúblicas
soviéticas de Ucrania, Rusia y Belarús, y afectó de manera directa a 2.600.000
habitantes.
Las autoridades soviéticas sólo admitieron oficialmente 31 víctimas,
pero se calcula que las emisiones radiactivas produjeron 32.000 muertos en los
primeros diez años, y que 400.000 personas debieron ser desplazadas de sus
lugares. La explosión del reactor nuclear provocó terribles efectos en la salud
de la población: aumento de la mortalidad infantil, cáncer de tiroides, incremento
de la cantidad de niños nacidos con leucemia, malformaciones, tumores y otras
afecciones, que se transmitirán genéticamente. Además, el desastre causó la
destrucción de cosechas enteras y la contaminación de alimentos.
Las centrales nucleares tienen elevados costos de construcción y
mantenimiento, y además han demostrado no ser lo suficientemente eficientes. De
todas maneras, el desencadenante para el cese de la construcción de algunas
plantas en el mundo ha sido el accidente de Chernobyl, Ucrania.
Otro problema relacionado con los escapes nucleares, y no menos
importante por sus consecuencias, es el destino de los residuos radiactivos. En
un principio se había optado por verterlos en los fondos oceánicos. Pero pronto
se demostró que el procedimiento era poco seguro.
Se han buscado distintas soluciones alternativas, y en la actualidad
prosigue el debate. Tal vez el mejor de los métodos propuestos sea el
almacenamiento subterráneo, hermético y sin término establecido.
Incendios
forestales
Anualmente el hombre desmantela cerca de 12.000.000 de hectáreas de
bosque tropical. Sin embargo, esta reducción no es la única que sufren las
áreas forestales de nuestro planeta; a ella debe agregarse la explotación
desmedida que padecen otros tipos de bosques y la pérdida que ocasionan los
incendios.
Más de 7.000.000 de hectáreas de selvas, bosques y matorrales se
destruyen anualmente por esta causa. Entre los factores que favorecen este
fenómeno se encuentran las altas temperaturas, las sequías y gran falta de
humedad y los vientos fuertes y secos que contribuyen a la dispersión del
fuego. Lo que empieza siendo una chispa, rápidamente se convierte en un foco de
fuego que avanza y no se puede detener ni controlar.
En el modo de avance de un incendio forestal se pueden distinguir tres
sectores. El nivel más alto, el del fuego que ocurre en la copa de los árboles,
es decir donde están las ramas y las hojas, es el de avance más rápido y el más
difícil de controlar. A nivel medio, donde crecen los arbustos, el fuego avanza
menos rápidamente pero afecta no sólo a éstos sino también al estrato herbáceo
-malezas y matas-. En el nivel inferior, por debajo del suelo, el avance se da
a un ritmo mucho más lento, pero el daño que ocasiona el fuego cuando llega a
esta parte es mayor que en cualquier otro nivel, ya que quema las raíces y
carboniza el humus causando pérdidas irreparables.
En muchas ocasiones los incendios se originan de manera natural o a
veces en forma controlada, pero, no en pocas oportunidades estas catástrofes
ocurren por descuido, en especial en zonas turísticas naturales o en áreas
protegidas donde el hombre vive en estrecho contacto con la naturaleza haciendo
campamentos y vida al aire libre.
La naturaleza y el conocimiento
Mucho antes de que el hombre llegará al planeta, la naturaleza vivía en
un delicado equilibrio con el conocimiento. Podemos imaginar esta relación
donde la naturaleza busca llegar al origen por medio del conocimiento como lo
muestra la siguiente gráfica.
Debemos pues entender que la naturaleza desde tiempos remotos ha sido el
máximo guardián y corrector del uso del conocimiento permitiendo que las
especies accedan a él cuándo esta considera tienen la capacidad para manejarlo.
Desde la llegada del hombre, esta relación se ha roto interponiéndose su presencia
al de la naturaleza. Mostrado en la siguiente gráfica. La naturaleza tiene que
reaccionar ante la rotura del hombre, produciendo así los terremotos,
inundaciones y otros desastres naturales, que el hombre provoca.
Es por ello que el clima cambia tan radicalmente, existen sequías,
inundaciones, deslaves, erupciones volcánicas, que nos recuerdan que el final
del mundo no será de un origen divino, si no puramente humano; seremos los
verdugos y dictaremos nuestra propia sentencia que será nuestra destrucción
como un cobarde que practica suicidio.
Por ello tenemos que redefinir el conocimiento aplicado; con base a lo
que hemos pagado años atrás con nuestros errores, y ser más leales a un planeta
tierra que se hunde en complejas cadenas de burocracia, política y poder.
La tecnología
Definimos a la tecnología como la aplicación de conocimientos para
transformar los recursos materiales en productos que faciliten la realización
de una tarea.
El uso del conocimiento aplicado, es del uso exclusivo de la especie humana.
Así observamos como los dinosaurios construyeron alguna vez nichos, a
los castores construir presas, al perro de pradera hacer madrigueras bajo la
tierra, a las hormigas y termitas hacer montículos de arena como antiguos
castillos medievales, por mencionar unos pocos.
El avance tecnológico de nuestros días ha tenido un incremento radical.
Podemos comparar el desarrollo tecnológico del último año, con el desarrollo
tecnológico ocurrido en la última década, así al igual el desarrollo
tecnológico de la última década con el desarrollo tecnológico del siglo. Dando
así un crecimiento exponencial
Propongo al lector de este ensayo reflexionar sobre los siguientes
puntos aquí propuestos:
La tecnología debe
ser ambiental
Esta debe cuidar al hombre y a la naturaleza no solo aprovechando al
máximo sus recursos materiales y energéticos, si no ambientales, haciéndose
parte de un desarrollo sustentable que pueda mantener o mejorar la naturaleza,
no creando mutantes ni jugando con ella, si no fortaleciéndola, y restaurando
el equilibrio entre las especies.
La tecnología debe
ser compartida
Debemos compartir el uso del conocimiento, y no manejarlo como propio,
como los países industrializados que dan sus desechos a los países pobres,
debemos cuidarlo y respetarlo, pero más que nada compartirlo, ya que solo
podremos avanzar si avanzamos junto como una sociedad mundial, sin barreras ni
escepticismos, sin yugos ni fronteras.
https://www.gestiopolis.com/efectos-del-uso-de-la-tecnologia-sobre-la-naturaleza/
A. En
grupo elabora arte con objetos cotidianos.
B. Crear
historieta con ojos acerca de los temas concretos del texto.
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